Por: M. Trinidad Silva H.
En cada ciudad rondan muchas historias sobre leyendas y mitos que atraen y despiertan curiosidad en sus alrededores.
En el cementerio Nº1 de Rancagua se oculta una leyenda que los locales conservan hasta el día de hoy, y tú ¿conoces la verdadera historia del Tito Lastarria? Este personaje ha sido un ícono en la sexta región hace muchos años atrás y sigue siéndolo hasta el día de hoy.
Todos alguna vez hemos oído hablar sobre Tito Lastarria, algunas personas dicen que es un verdadero cumplidor de peticiones, al visitar su tumba podemos advertir que la frase: ‘Gracias Tito por el favor concedido’’, se repite muchas veces. Frecuentemente podemos ver como un gran número escolares y estudiantes, quienes son los seguidores del famoso Tito, acuden al cementerio a pedirle por sus intenciones, pero, ¿cuál es la verdadera razón por la cual la gente no cesa de visitarlo y encomendarle favores?
Podemos ubicar a nuestro enigmático amigo en el siglo XIX, la historia popular nos cuenta que Tito fue un hombre con mucho dinero, avaro y castigador con sus trabajadores. La leyenda nos agrega que toda la fortuna creada por él, fue producto de un pacto que él mismo hizo con el diablo. La ciudad, al enterarse de tan aterradores hechos, decidió tomar cartas en el asunto y cobrar venganza contra el desalmado Tito. Para esto, los lugareños tomaron la determinación de enterrarlo vivo encadenándolo a su tumba por el resto de sus días. En el cementerio en el cual fue enterrado Tito Lastarria, existe un gran mausoleo, el cual contiene 4 cruces. Muchos ciudadanos afirman que cuando la última de sus cruces caiga, el difunto saldrá de su tumba y se llevará las almas de cada una de las personas que alguna vez le suplicaron.
¿Pero cómo respondemos al por qué de las peticiones, si la leyenda afirma que Tito Lastarria fue un hombre tirano?
Para tener un conocimiento más amplio sobre el tema, consideremos la versión de los hechos del cuidador del cementerio, respecto a los rumores que he comentado anteriormente, el cuidador declaró lo siguiente: “estos son mitos de las personas y no son verdad. Acá todos los días llegan estudiantes a rayar la sepultura. Nosotros la hemos pintado muchas veces, pero la limpieza no dura mucho”.
Ante toda esta historia escalofriante, llena de favores y plegarias, busqué información sobre quién realmente es Tito Lastarria, mediante varias fuentes de búsqueda he llegado a la conclusión de que la verdad sobre el por qué de las súplicas a este hombre radica en que Tito Lastarria fue un auténtico patriota. Fue un distinguido hombre público del siglo XIX, se desempeñó como administrador del cementerio, fue corregidor, alcalde de Rancagua y tesorero municipal. Además fue administrador del servicio de correos y ocupó el cargo de gobernador suplente y participó en la guerra del pacífico. En pocas palabras, un hombre digno de admirar.
Finalmente podemos decir que debemos agradecerle a Tito Lastarria por todas sus buenas obras en el pasado, por sus favores concedidos pasados, presentes y futuros, y sobre todo, por ser una fuente de esperanza para todos los que se sienten necesitados, cada vez que alguien le suplica a Tito Lastarria, surge una oportunidad de cambio en nuestras vidas.
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