viernes, 27 de mayo de 2011

Un lugar que jamás volvió a ser lo mismo

Por: Isabel Vial Lihn.

El terremoto de Chile de 2010 fue un sismo ocurrido a las 03:34:14 hora local (UTC-3), del sábado 27 de febrero de 2010, que alcanzó una magnitud de 8,8 MW.1 2 El epicentro se ubicó en el Mar Chileno, frente a las localidades de Curanipe y Cobquecura,nota 1cerca de 150 kilómetros al noroeste de Concepción.
Esta última catástrofe nacional no ha dejado indiferente a nadie, y no es la zona de Pichilemu su excepción que en lengua mapudungun significa "Bosque pequeño", esta zona es una de las más concurridas del país, ya que sus excelentes playas han llegado a ser un importante punto de encuentro para los turistas, sobre todo para los fanáticos del surf, quienes acudían frecuentemente al sector de Punta de Lobos.
Pero todo se acabo el día 27 de febrero cuando una fuerte ola arraso con su playa llegando hasta la plaza de su ciudad derrotando con todo su camino.
Sin duda esto debió ser algo de gran impacto para los nativos y para el gran número de visitantes que acogía la ciudad en esa época, según algunos testigo el grito de un marino alerto a la gente que venía un maremoto, y gracias a esa advertencia la gente pudo correr a un lugar seguro.
El número de víctimas de esta catástrofe, ya sea de una perspectiva física o psicológica son alarmantes, muchos fueron los afectados y los testigos que pudieron presenciar la situación siguen aun sin palabras. Aquí tenemos la historia de una testigo quien habitaba Pichilemu el día 27 de Febrero.
“Estaba mi hijo viendo la película Titánic, de repente me empezó a llamar, ya que yo estaba descansado y en cuestión de segundos comenzaron los movimientos fuertes. En menos de un minuto tomé a mis hijos, a mi prima y tomamos al auto camino al Cerro La Cruz. Cuando íbamos camino al cerro, mi hijo- quien practica mountain bike- y conoce mucho el lugar, me hizo dar vuelta a atrás y me indicó otro tramo, el que llega al camping Las Proteas y que está mejor. Le hice caso, y mucha gente que venía atrás mío me siguió. Llegamos al cerro de los segundos, sólo había un jeep verde que iban con su bebé recién nacido, antes que yo. Al poco rato empezaron a subir muchos autos, camionetas que llevaban gente atrás, incluso personas subiendo a pie, pero además se produjo un panorama bastante complejo que fue el éxodo de personas saliendo de Pichilemu y haciendo filas para empezar a bajar por las cuestas, situación que era bastante compleja y que ocasionó que muchos tuvieran que devolverse, ya que la bencina no les alcanzaba para viajar”, contó la periodista.
Pero lo más fuerte de la jornada –relata Tania - se vivió cuando sonaron las alarmas de bomberos dos veces, y la gente en pleno cerro comienza a gritar tsunami. “Yo les dije no es así, porque según todo lo que hemos ensayado la alarma debe sonar 5 veces para que suceda eso; lo más probable es que esto haya sido un accidente. Lamentablemente no fue así, y entre media hora y 40 minutos ocurrió el tsunami en nuestra playa el que arrasó con muchas casas, negocios, lugares públicos como registro civil, la casa de la gobernadora, el internado de adultos mayores, las motos de maxi motos, y que seguramente produjo muertes, aunque desconozco esos antecedentes, porque pensemos bien, deben haber habido muchas personas que no alcanzaron a arrancar y también personas que a esa horas de la noche, estaban con grados de alcohol en el cuerpo, por lo mismo los sentidos no funcionan de la misma manera”, narró Tania Arce.
Otro punto importante a mencionar, ya que la gente hace mucha alusión a esto es la poca información que poseían las autoridades en ese momento. Nadie tenía la información de la cantidad de botes que había zarpado.
El capitán de puerto no tenía la información de cuántas personas estaban en alta mar, hasta ese momento se decía que no había nadie, pero la información estaba tan sesgada y tan tergiversada, que no habían certezas.
Una testigo afirma decir: “En todo el rato que estuve en Pichilemu la gobernadora y el alcalde no habían hecho declaraciones”, aseguró la corresponsal.

Lamentablemente se puede ver con evidencia que Pichilemu nunca volvió a ser lo mismo después de aquel cataclismo que remeció la zona el día 27 de febrero en la madrugada. La gente perdió mucho, más que lo material perdió sus lazos, todo lo que había construido en un determinado momento lo vio abajo.

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